Apuntes del libro "Co-Intelligence: Living and Working with AI" de Ethan Mollick
Ideas que son fundamentales de este autor influyente de la IA e IAEd.
Ethan Mollick (en X @emollick), profesor de gestión en Wharton especializado en emprendimiento e innovación, nos ofrece en su nuevo libro "Co-Intelligence: Living and Working with AI" (Nota: este libro está realizado a partir de los escrito que ha ido poniendo en su espacio de Substack llamado “One Useful Thing” y que acaba de salir al mercado de libros) una visión profunda y reveladora sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en nuestras vidas y en el mundo del trabajo. Como experto reconocido en el campo de la IA, Mollick nos guía a través de los últimos avances en el desarrollo de los Modelos de Lenguaje Grande (LLM), como GPT-4, y explora cómo estas "mentes alienígenas" están transformando la forma en que interactuamos, aprendemos y trabajamos.
El libro comienza con una reflexión personal del autor sobre sus "tres noches de insomnio" tras experimentar de primera mano el potencial de ChatGPT. E. Mollick argumenta que la IA generativa es una Tecnología de Propósito General (General Purpose Technologies, irónicamente las siglas de GPT) que, al igual que la máquina de vapor o internet, tendrá un impacto profundo en todos los aspectos de la vida. Sin embargo, a diferencia de las GPT anteriores, la IA está evolucionando a un ritmo vertiginoso y se está expandiendo más allá de las tareas mecánicas y repetitivas para abordar el trabajo creativo y analítico.
En la primera parte del libro, Mollick explora la naturaleza de las "mentes alienígenas" creadas por los LLM. Estas IA, entrenadas en vastos corpus de datos, son capaces de generar respuestas coherentes y convincentes, pero también pueden alucinar información y carecer de un verdadero entendimiento. El autor destaca la importancia de alinear estas IA con los valores y objetivos humanos para mitigar los riesgos existenciales y éticos. Propone cuatro reglas para la co-inteligencia: invitar siempre a la IA a la mesa, ser el humano en el circuito, tratar a la IA como una persona (pero decirle qué tipo de persona es) y asumir que esta es la peor IA que usaremos jamás.
<aside> 👉 Las cuatro reglas para la co-inteligencia propuestas por Ethan Mollick en "Co-Intelligence: Living and Working with AI" son fundamentales para aprovechar todo el potencial de la IA generativa al tiempo que se mitigan sus riesgos existenciales y éticos. Veamos con amplitud de miras estas reglas:
Invitar siempre a la IA a la mesa: Mollick argumenta que debemos involucrar activamente a la IA en todos los aspectos de nuestro trabajo y aprendizaje, siempre que no haya barreras legales o éticas. Al experimentar con la IA, podemos comprender mejor sus capacidades y limitaciones, y descubrir nuevas formas en que puede ayudarnos. Además, al ser los primeros en adoptar y dominar estas herramientas, nos posicionamos como expertos en nuestros campos y podemos influir en la dirección futura de la IA. Sin embargo, esto requiere un esfuerzo consciente para superar la resistencia al cambio y estar abiertos a nuevas formas de trabajar.
Ser el humano en el circuito: Aunque la IA puede automatizar muchas tareas, Mollick enfatiza la importancia de mantener el control humano y la supervisión. Debemos ser críticos con los resultados generados por la IA, verificando su precisión y relevancia, y proporcionando retroalimentación para mejorar su rendimiento. Al mismo tiempo, debemos evitar volvernos demasiado dependientes de la IA o permitir que erosione nuestras propias habilidades y juicio. En última instancia, la IA debe ser una herramienta que nos permita centrarnos en tareas de mayor valor y toma de decisiones, no un sustituto de la inteligencia humana.
Tratar a la IA como una persona (pero decirle qué tipo de persona es): Mollick sugiere que la forma más efectiva de interactuar con la IA es tratarla como si fuera una persona, con sus propias fortalezas, debilidades y peculiaridades. Al personalizar nuestras instrucciones y prompts, podemos obtener resultados más relevantes y convincentes de la IA. Por ejemplo, podemos pedirle que adopte la voz de un experto en un tema específico, o que genere ideas desde una perspectiva particular. Sin embargo, es crucial recordar que la IA no es realmente consciente o emocional, sino que simplemente simula estos rasgos basándose en patrones aprendidos. Debemos establecer límites claros y mantenernos alerta ante cualquier comportamiento errático o inapropiado.
Asumir que esta es la peor IA que usaremos jamás: Dada la tasa de progreso exponencial en el desarrollo de la IA, Mollick advierte que cualquier modelo o herramienta que usemos hoy probablemente será superado por versiones mucho más capaces en un futuro cercano. Se debe reconocer que estamos en los albores de una tecnología ex ponencial en su desarrollo y que nos deja fuera de lugar en sus predicciones más optimas. Y, esto, le lleva a pensar, que no sabemos nada en cuanto a las implicaciones cuando se trata de “tecnologías torbellino” como esta. Lo que debemos adoptar es una mentalidad de aprendizaje continuo, estar abiertos a nuevas posibilidades y estar preparados para adaptarnos rápidamente a los cambios tecnológicos. Al mismo tiempo, debemos ser proactivos en la configuración de salvaguardas éticas y regulaciones para garantizar que los avances futuros en IA se alineen con los valores humanos.
En resumen, estas cuatro reglas proporcionan un marco valioso para navegar por el panorama en rápida evolución de la IA generativa. Al invitar a la IA a la mesa, ser el humano en el circuito, tratar a la IA como una persona y asumir que la IA solo mejorará, podemos aprovechar todo el potencial de esta tecnología transformadora mientras mitigamos sus riesgos. Como educador y experto en IAEd, tenemos la responsabilidad de liderar el camino en la adopción ética y efectiva de la IA en nuestro campo, y de preparar a los estudiantes para un futuro en el que la co-inteligencia será la norma. En elo estamos detrás de @LearnTechAI.
En la segunda parte de este libro, Mollick explora cómo la IA está transformando diversos ámbitos. En el trabajo, la IA puede actuar como un compañero creativo, un colega o un tutor, aumentando la productividad y la calidad. Sin embargo, también plantea desafíos en cuanto a la automatización de tareas, la gestión del cambio y la necesidad de nuevas habilidades. En la educación, la IA tiene el potencial de personalizar el aprendizaje, ofrecer tutoría adaptativa y hacer realidad el sueño de la educación universal de alta calidad. Pero también amenaza con socavar las tareas tradicionales y requiere un replanteamiento de qué y cómo enseñamos.
Mollick concluye el libro con una mirada al futuro de la IA y su impacto en la sociedad. Plantea cuatro escenarios posibles: estancamiento (la IA ha alcanzado sus límites), crecimiento lento, crecimiento exponencial y la emergencia de una superinteligencia. Aunque reconoce los riesgos existenciales de una IA fuera de control, Mollick se muestra optimista sobre el potencial de la IA para mejorar la condición humana si somos capaces de dirigirla hacia una "eucatástrofe" (un giro repentino y milagroso hacia el bien). En última instancia, argumenta que la IA es un reflejo de nuestra propia humanidad y que depende de nosotros darle forma a un futuro en el que humanos y máquinas puedan prosperar juntos.
Desde mi humilde punto de vista, "Co-Intelligence" es una lectura esencial para cualquier persona interesada en comprender cómo la IA está transformando nuestro mundo. Mollick combina conocimientos técnicos con perspectivas filosóficas y ejemplos prácticos para ofrecer una visión matizada y accesible de este tema complejo. Como experto en tecnologías emergentes e IA para la educación, considero que este libro ofrece ideas valiosas y plantea preguntas importantes que debemos abordar para aprovechar todo el potencial de la IA generativa al tiempo que mitigamos sus riesgos.
10 ideas clave que he extraído del libro como especialista en AIEd:
La IA generativa es una tecnología de propósito general (GPT, General Purpose Technologies) ****que tendrá un impacto profundo y acelerado en todos los aspectos de la educación, desde la enseñanza hasta la evaluación y la gestión.
Los educadores deben familiarizarse con las capacidades y limitaciones de los LLM para poder aprovecharlos de manera efectiva en el aula y guiar a los estudiantes en su uso responsable.
La IA puede personalizar el aprendizaje a una escala sin precedentes, ofreciendo tutoría adaptativa y retroalimentación inmediata a cada estudiante según sus necesidades y ritmo de aprendizaje.
La amenaza del plagio y la generación automática de tareas plantea la necesidad de repensar las evaluaciones tradicionales y poner más énfasis en el pensamiento crítico, la creatividad y la colaboración.
La IA puede democratizar el acceso a una educación de alta calidad, especialmente en países en desarrollo, pero también puede exacerbar las brechas digitales y sociales si no se implementa de manera equitativa.
Los educadores deben repensar qué habilidades y conocimientos son más valiosos en una era de IA, poniendo más énfasis en las capacidades uniquely human y en aprender a trabajar junto a las máquinas.
La IA puede ayudar a los educadores a crear experiencias de aprendizaje más atractivas y relevantes, como simulaciones interactivas o tutores virtuales, pero no puede reemplazar el papel fundamental de los docentes humanos.
Las instituciones educativas deben desarrollar políticas y directrices claras sobre el uso ético y responsable de la IA, abordando cuestiones como la privacidad, la equidad y la transparencia.
La formación de los educadores en habilidades relacionadas con la IA, como el prompt engineering o la evaluación de resultados generados por IA, se volverá cada vez más importante para mantenerse al día con los avances tecnológicos.
Debería incluir este último punto algo que me interesa tratar desde la perspectiva EdTech, y es que la IA en la educación no se trata solo de la tecnología, sino de reimaginar todo el sistema educativo para preparar a los estudiantes para un futuro en el que la co-inteligencia entre humanos y máquinas será la norma.